Por su situación geográfica, Turquía es un país importante para la acogida y el tránsito de refugiados con destino a Europa. En los últimos diez años, este país ha vivido un flujo de refugiados, especialmente desde Siria. En 2015, con el fin de proporcionar más financiación en apoyo de los refugiados allí, la UE constituyó el Mecanismo para los refugiados en Turquía. Este instrumento canaliza 6 000 millones de euros hacia este país. En 2018, los auditores de la UE examinaron la ayuda humanitaria en el marco del Mecanismo. Recientemente han llevado a cabo una segunda auditoría para evaluar si la financiación benefició a los refugiados y a las comunidades de acogida, si el dinero gastado tuvo un impacto perceptible y qué ocurrirá cuando se acabe la ayuda de la UE.

Turquía acoge actualmente a más de 4 millones de refugiados registrados, de los que más de 3,2 millones son de origen sirio. Su actual desplazamiento y el creciente número de llegadas irregulares a Turquía desde Afganistán plantean obstáculos cada vez mayores para la cohesión social entre los refugiados y sus comunidades de acogida, especialmente a causa de la recesión económica turca. Dado que menos del 5 % viven en campos de refugiados, su presencia tiene un impacto significativo en las comunidades locales. Tras los terremotos de febrero de 2023, la tensión ha aumentado en torno a los refugiados en Turquía.

El Mecanismo trata de proporcionar a la UE un instrumento de coordinación para movilizar de manera rápida, eficaz y eficiente la asistencia a los refugiados en Turquía. Coordina un total de 6 000 millones de euros, una mitad de los cuales se financian con el presupuesto de la UE y la otra mitad mediante aportaciones de los Estados miembros de la UE. El dinero se asignó en dos tramos iguales, en los períodos 2016-2017 y 2018-2019. Hasta la fecha, se han desembolsado más de 5 000 millones de euros durante un período de deterioro de las relaciones bilaterales entre la UE y Turquía desde 2016. Sin embargo, ¿qué se ha logrado con el Mecanismo y cuáles son los resultados sostenibles a largo plazo?

Los auditores elogiaron a la UE en su primera fiscalización de 2018 por movilizar rápidamente fondos y dar así una rápida respuesta. Sin embargo, también pidieron que se mejorara la forma en que se gestiona el Mecanismo para que los fondos puedan utilizarse de manera más eficaz. En esta ocasión, los auditores comprobaron si se habían aplicado sus recomendaciones anteriores, si los proyectos de desarrollo respondían a las necesidades de los beneficiarios y tenían algún impacto, y si los proyectos eran sostenibles y sus costes razonables. También evaluaron las consecuencias de los terremotos de 2023 en los proyectos financiados. Los interesados en sus conclusiones no deben olvidar que el informe se publicará en nuestro sitio web, justo después de la medianoche del 24 de abril.

Los auditores evalúan por segunda vez el apoyo de la UE para los refugiados en Turquía