En 2021, la UE estableció el Instrumento Europeo de Recuperación (NextGenerationEU), por un valor de 800 000 millones de euros, para impulsar las economía de sus Estados miembros durante la pandemia de COVID-19 y una vez pasada esta. Estos fondos han ido llegando a los Estados miembros, pero su caudal ha disminuido y se detendrá en 2026. Tampoco hay que olvidar que no se trata de «dinero gratuito», pues deberá ser devuelto íntegramente entre 2028 y 2058. ¿Dejaremos que, haciendo honor a su nombre, sea la próxima generación de contribuyentes quien lo reembolse? Cuando nos hallamos en el ecuador de la corta vida de este fondo especial, los desafíos que señalan los auditores no auguran un futuro muy halagüeño.

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) supone la mayor parte de este nuevo instrumento, ya que representa más de 700 mil millones de subvenciones a Estados miembros. España e Italia podrían beneficiarse de la mayor parte de ellos. Sin embargo, al final de marzo de 2024, solo se ha desembolsado poco más de un tercio de los fondos disponibles en virtud de este instrumento. En España e Italia, la absorción de los tradicionales fondos de cohesión también es mucho menor que la media de la UE, y, dado que la financiación del MRR «compite» con la financiación de cohesión, el panorama no es demasiado alentador.

Tres países de la UE todavía no han recibido financiación del MRR: Países Bajos, Irlanda y Suecia. Dado que la mayor parte del fondo de recuperación todavía debe ser desembolsado cuando al instrumento solo le restan dos años, es urgente actuar. No obstante, la experiencia indica que gastar el dinero lo más rápidamente posible no es bueno para la calidad de los programas. De hecho, a medida que se acerca el vencimiento, la presión por gastar puede dar lugar a más errores en el gasto. Además, el gasto en proyectos todavía tiene que materializarse en muchos países de la UE. A diferencia del gasto presupuestario habitual de la UE, en el que la Comisión ejerce un mayor control y supervisión, los fondos del MRR están menos controlados y más sujetos al autocontrol. Esto aumenta el riesgo de irregularidades e incluso de fraude.

Para financiar este fondo sin precedentes en la UE, la Comisión se endeudó en los mercados financieros hasta un nivel nunca alcanzado. Sin embargo, este tipo de endeudamiento, que empezó siendo prácticamente gratuito, ha alcanzado elevadas tasas de interés en los últimos años. Y ahora, cuando atravesamos el ecuador de la corta vida del instrumento, preocupa cada vez más el reembolso de los préstamos obtenidos de los mercados financieros para la financiación del MRR, máxime teniendo en cuenta la ausencia de una fuente específica de financiación de la UE para devolver los préstamos. Puesto que los reembolsos de capital se iniciarán en 2028, los plazos para abordar esta obligación financiera cada vez están más cerca. Además, el presupuesto ya se resiente por la tensión de los gastos en concepto de intereses, que podrían elevarse hasta los 27 000 millones de euros para todo el período presupuestario plurianual, cifra que duplica las estimaciones iniciales.

Hay que señalar que los países de la UE deben responder individualmente del reembolso de los préstamos del MRR. Asimismo, una parte de los préstamos ofrecidos, por valor de 90 000 millones de euros, quedarán sin utilizar, lo que indica escaso interés por esta financiación. Por otra parte, los préstamos empleados para financiar subvenciones destinadas a países de la UE, junto con sus intereses, deberán ser reembolsados colectivamente por la UE. Sin embargo, parece que existe poco interés entre los Estados miembros por incrementar sus contribuciones al fondo común.

En cualquier caso, el tiempo pasa, y la necesidad de una fuente específica de financiación de la UE es cada vez más patente. Los legisladores de la UE tendrán que abordar esta cuestión cuando debatan futuros presupuestos de la UE, y considerar si el mecanismo debería ser ampliado, si el MRR proporciona lecciones útiles o si podría servir como modelo para futuros mecanismos de financiación.

«Cuando atravesamos el ecuador de la vida del Fondo europeo de recuperación, hemos de ser cautos al extraer conclusiones sobre sus logros, ya que es pronto para valorar correctamente su rendimiento», afirma Tony Murphy, presidente del Tribunal. «Nuestros auditores ya han ahondado en varios aspectos del fondo de recuperación, que seguirá siendo un punto central de nuestro trabajo en los próximos años. Cada año, desde su lanzamiento en 2021, el Tribunal ha evaluado la conformidad de los fondos europeos de recuperación en su informe anual relativo a la ejecución del presupuesto de la UE (nuestras constataciones relativas a 2023 se publicarán al principio de octubre). Asimismo, hemos evaluado ciertos aspectos del rendimiento del Mecanismo Europeo de Recuperación/RRF, entre los que se cuentan los siguientes: cómo ha evaluado la comisión los planes de recuperación nacionales; si es realmente posible medir el rendimiento global del mecanismo; cómo gestiona la UE su deuda relativa a estos fondos, y cómo realiza sus controles.

EI 2024 y 2025, seguiremos informando sobre otras cuestiones relacionadas con el MRR, tales como la reforma empresarial y del mercado de trabajo, la absorción, la transformación digital y la transición ecológica.

Instrumento Europeo de Recuperación: ¿deberá reembolsarlo la próxima generación?