La UE quiere ser «climáticamente neutra» (es decir, tener cero emisiones netas de gases de efecto invernadero) para 2050. Para alcanzar este objetivo, todos los sectores que emiten estos gases deben «descarbonizarse» o, en otras palabras, eliminar gradualmente su dependencia de los combustibles fósiles basados en el carbono. El uso del hidrógeno renovable es una forma de hacerlo, especialmente en sectores difíciles de electrificar, como la producción de acero, sustancias petroquímicas, cemento y fertilizantes. El hidrógeno renovable ha cobrado más relevancia tras la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, ya que puede contribuir a reducir la importación de combustibles fósiles procedentes de Rusia, mejorando así la independencia estratégica de la UE. Los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo han llevado a cabo una auditoría sobre la eficacia de la Comisión en la creación de las condiciones adecuadas para los mercados emergentes del hidrógeno renovable y con bajas emisiones de carbono, dadas las importantes implicaciones para el futuro de industrias fundamentales de la UE.

El hidrógeno es un elemento químico que, en condiciones normales, se encuentra en estado gaseoso. Puede producirse de diversas maneras, por ejemplo, a partir del agua (por electrólisis) o del gas natural. El hidrógeno renovable producido utilizando electricidad renovable («verde») o biomasa es una herramienta para la descarbonización. El proceso de producción genera unas emisiones de carbono mínimas, permite almacenar la energía procedente de grandes cantidades de electricidad verde, y el uso del hidrógeno producido de este modo no genera emisiones de carbono. El hidrógeno con bajas emisiones de carbono (es decir, producido a partir de fuentes no renovables) es otro medio para reducir las emisiones de carbono, especialmente durante la transición hacia la neutralidad climática.

El uso del hidrógeno renovable conlleva su propia serie de problemas, como las dificultades actuales en materia de eficiencia relacionadas con la electrólisis, el coste de producción y la necesidad de electricidad renovable y agua. Las industrias de la UE ya se enfrentan a una serie de retos adicionales. Entre ellos figuran la volatilidad de los precios de la energía, especialmente desde la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, que puso de manifiesto la dependencia de la UE de las importaciones de energía, y las perturbaciones de las cadenas de suministro y su dependencia de determinadas materias primas. Por lo tanto, los responsables políticos de la UE deben crear las condiciones adecuadas para la descarbonización, garantizando al mismo tiempo que las industrias de la UE permanezcan estables, pero sigan siendo competitivas.

La Comisión Europea estableció las bases para la creación de un mercado del hidrógeno renovable en la UE mediante el establecimiento de objetivos para la producción y la importación de hidrógeno. Asimismo, reconoció que el hidrógeno con bajas emisiones de carbono podría desempeñar un papel en la transición hacia la neutralidad climática. La financiación total de la UE destinada a proyectos relacionados con el hidrógeno para el período presupuestario 2021-2027 se estima actualmente en 18 800 millones de euros. Otras grandes economías, como los Estados Unidos, Canadá, Japón, China y la India, ya proporcionan importantes subvenciones para apoyar la descarbonización, incluida la producción de hidrógeno renovable.

En su informe, los auditores del Tribunal evaluaron si la UE:

Examinaron, en particular, la situación en cuatro Estados miembros de la UE: Alemania, España, Países Bajos y Polonia.

¿Tiene el hidrógeno un futuro en la consecución de una Europa climáticamente neutra? Si es así, ¿está haciendo la UE todo lo posible para que esto sea una realidad? Permanezcan atentos a nuestro informe especial sobre la política industrial de la UE en el ámbito del hidrógeno renovable, que se publicará en nuestro sitio web el 17 de julio de 2024 a las 00.01 h.

El futuro del hidrógeno en la UE: ¿una solución real o castillos en el aire?